Wiggins, fenómeno que obliga se le compare con LeBron

SANTO DOMINGO. Como lo fuera LeBron James hace 10 años, Andrew Wiggins promete tanto, que las malas lenguas aseguran que hay más de una decena de equipos en la NBA dispuestos a jugar al thanking, es decir, a perder a propósito para tener mayores oportunidades de escogerlo en el próximo sorteo de novatos en junio.
Boston es el principal sospechoso y Filadelfia le sigue en la lista, pero Wiggins dice que quiere jugar para los Raptors de Toronto.
Pero la burbuja creada alrededor de este canadiense de apenas 18 años parece no tener límite, y ahora el fabricante de calzados y ropa deportiva alemana Adidas estaría dispuesto a depositarle US$180 millones en un período de 10 años.
De acuerdo con Bleacher Report, la estadounidense Nike no está dispuesta a que «el nuevo LeBron» sea vestido por la firma europea, y estaría dispuesta a igualar la oferta.
Wiggins iniciará su primera y casi seguro única temporada en la NCAA a partir del próximo con los Jayhawks de Kansas, y llega con la alfombra de portadas en revistas como Sports Illustrated, SLAM y hasta otras no especializadas en deportes como GQ.
Este delantero pequeño de 6’8, que idolatra a Kevin Durant, comenzó a sobresalir en el Vaughan Secondary School de Ontario. Para mejorar y ser identificado más rápido se trasladó a los Estados Unidos.
Allí ancló en el Huntington Prep School de Virginia Occidental. La campaña pasada, su último año, promedió 23,4 puntos y 11,2 rebotes por encuentro. Lideró el ranking de jugadores escolares de la prestigiosa revista SLAM.
Además, recibió el premio Naismith al mejor jugador de instituto del año, el galardón Gatorade como mejor jugador escolar y el Mr. Basketball USA.
Su madre es Marita Payne-Wiggins, una antigua vallista canadiense que participó en tres Juegos Olímpicos y ganó dos medallas de plata. Su padre es Mitchell Wiggins, que jugó seis años en la NBA, pero su carrera se vio interrumpida tras un positivo por cocaína. La Liga le sancionó con dos temporadas y tras un buen regreso acabó jugando en Grecia, Francia y Filipinas.
Con el fin de evitar que incurra en los mismos errores, su padre se ha convertido en su sombra.
Ya vistió la franela de Canadá, en el Mundial sub-17 de 2010, donde ayudó a los norteamericanos a ganar el bronce y en el Premundial sub-18 de 2012.
Junto a Anthony Bennett (primera selección del pasado sorteo) forman parte del gran material canadiense con el que los dominicanos tendrán que lidiar.

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