Preocupa en Puerto Rico la falta de control en lanzamientos de adolescentes

SAN JUAN, Puerto Rico. Hace ocho años, el Departamento de Recreación y Deportes (DRD) aprobó una orden para proteger a todos los lanzadores de las ligas infantiles y juveniles.
En el 2006, la institución, bajo la dirección de David Bernier, no quería saber de casos de adolescentes de 11 y 12 años, por ejemplo, acumulando más de 100 pitcheos en un juego. Diversos estudios reflejaban los daños físicos que los participantes sufrían a temprana edad por el sobreuso del brazo ante la falta de un límite de pitcheos.
Y en un país donde la producción de lanzadores de Grandes Ligas ha sido escasa, era relevante prestarle atención al estudio realizado por el reconocido cirujano James Andrews y tratar de acoger sus recomendaciones.
Y fue lo que sucedió. El DRD fijó un control de lanzamientos por edad (máximo de 52 pitcheos para niños entre 8 y 10 años; 68 pitcheos entre 11 y 12 años; 76 entre 13 y 14 años; 91 entre 15 y 16 años, y 106 entre 17 y 18 años), a la vez que estableció que ningún adolescente lanzaría pitcheos rompientes hasta los 13 años. En aquel entonces, la medida del DRD fue apoyada por los directivos de las principales ligas de la Isla.
¿Qué ha sucedido desde entonces? No todas las ligas cumplen con la orden.
La principal liga del país, American Amateur Congress Baseball, que reúne alrededor de 30,000 participantes, no posee ninguna reglamentación que controle la cantidad de pitcheos de los lanzadores, desde los siete años hasta los 18. Incluso, la American Congress permite que niños de siete y ocho años comiencen a experimentar con lanzamientos en curva y cambio, cuando su brazo aún está en desarrollo.
SOBRECARGA
Y la falta de control va más allá. La American Congress, en los torneos regionales y estatales, permite que un adolescente de 13 años pueda subir al montículo en juegos consecutivos y lanzar hasta un máximo de 10 entradas. Ese adolescente, fácilmente, superaría la cantidad de 120 pitcheos, una cifra que ni los pitchers de Grandes Ligas acumulan en una salida –cuando les está prohibido tirar por dos días corridos. La American Congress controla los pitchers por entradas. Pero el mismo presidente de la liga, Héctor Ralat, reconoce que la medida más efectiva para proteger los brazos es un conteo de pitcheos.
Entonces, ¿por qué no lo hace?
“Después de la orden del DRD, lo intentamos hacer, pero fue muy difícil. El problema fue que surgieron muchas controversias por la manera que los equipos llevaban los conteos y no teníamos los recursos para tener una persona neutral en cada parque. Y tampoco podíamos darle esa responsabilidad a los árbitros”, respondió Ralat.
Ralat ha visto en persona en la manera que los dirigentes, en ocasiones, explotan los brazos de los lanzadores jóvenes. Y conoce del daño que sufren.
“Estoy consciente que algunos dirigentes hacen cualquier cosa por ganar y no les importa el brazo de los muchachitos. Lo que estamos haciendo es ofreciendo seminarios a dirigentes y padres para orientarlos con el fin de proteger los brazos de los lanzadores”, abundó Ralat.
Otra liga que sigue a medias la orden del DRD es la Boys Baseball de Puerto Rico. Solo poseen control de pitcheos en los torneos locales de cada municipio. Utilizan el límite establecido por el DRD con la excepción que permiten el uso de los pitcheos rompientes desde los nueve años, según su presidente Luis Ramiro Arroyo.
En los torneos estatales y mundiales aplican un límite de entradas por categoría, precisó Arroyo, cuya entidad reúne cerca de 6,000 participantes.
“En la primera parte de los torneos nos dejamos llevar por la reglamentación del DRD. Luego nos acogemos a las reglas internacionales, que es por límite de entradas. Y aunque no hay conteo de pitcheos, sí hay un control de entradas con unas horas de descanso requeridas entre salidas. Hay unos controles para evitar que los muchachos lancen en días consecutivos. Y he visto un mejor rendimiento de los muchachos en los últimos años”, dijo Arroyo.
El organismo que mejor vela por la salud de los tiradores es el de Pequeñas Ligas, que cuenta con una matrícula de alrededor 20,000 participantes. Cuentan con un límite de lanzadores en cada categoría, desde los siete años hasta los 18. En las competencias locales utilizan de guía el control establecido por el DRD, mientras que en los torneos estatales y mundiales usan el límite reglamentario por la organización mundial, de acuerdo al presidente Carlos Pagán. Y no pueden tirar curvas hasta los 11 años.
“Hemos seguido las directrices del DRD. Los directores de los torneos locales están encargados de velar por el cumplimiento y aquel dirigente que no lo haga puede ser suspendido por dos juegos. Ya en los otros torneos nosotros, como organización, velamos por el conteo de pitcheos”, dijo Pagán.
“Hay que hacer todo lo posible para evitar ese sobreuso del brazo de los muchachos. Tratamos de controlar las cosas que podemos, porque una vez ellos salen del parque no se cuidan los brazos. Y es un problema que existe. Creo que es una responsabilidad compartida del dirigente y de los padres velar que esos muchachos se cuiden después que salgan del parque”, sostuvo Pagán.

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