SANTO DOMINGO. Como cada año desde principios de la década pasada, durante el mes de julio el país conocerá más de una docena de nuevos millonarios adolescentes, y otras decenas que recibirán bonos de seis cifras en dólares, lo que pondrá a soñar a muchos padres con ver a sus hijos en esas posiciones.
Al adentrarse en los detalles, y saber que hasta un 35% de los bonos corresponderá a la estructura que prepara a estos jugadores, la cifra abrirá los ojos a muchos potenciales entrenadores e interesados en invertir en este «instrumento financiero».
Sin embargo, DL entrevistó a un grupo de entrenadores con décadas de experiencia en el negocio de identificar, reclutar, desarrollar y «vender» jugadores, que advierten «no todo lo que brilla es oro».
Describen el negocio como altamente riesgoso, como sensible en el que no reciben nada del Estado, y ven con preocupación las intenciones de la Comisión Nacional de Béisbol de aplicar un 10% a los bonos.
Si bien compiten como fieras entre ellos por hacerse con el mejor talento desde que este tiene 13 años, los 10 entrenadores contactados coincidieron que mantener un programa de 25 jugadores cuesta entre US$10 mil y US$12 mil al mes, por lo que hay que buscar hasta US$150 mil para una zafra.
En sus 15 años en el negocio, Cristian «Niche» Batista ha «cuadrado» con fichajes como Ángel Villalona (US$2,1 millones) y Gustavo Cabrera (US$1,3 millones). Pero la mayoría de sus 312 firmas no han superado los US$100 mil, e incluso ha mantenido jugadores por espacio de dos años con alimentación, educación y ropa, que se ha visto obligado a firmar por US$20 mil, de los cuales apenas ha «recuperado» US$7 mil.
«El que cree que esto es una mina, está equivocado. Un bate cuesta RD$8 mil y una pelota RD$200, y antes de firmar un muchacho hay que gastar cientos de miles de pesos en combustible llevándolo a las academias para que los equipos los vean», dice Amaury Nina, que ha formado a prospectos como Elier Hernández y Eloy Jiménez, que firmaron por US$3 millones y US$2,8 millones, respectivamente.
Nina asegura que cuando el pelotero alcanza la edad de firma, hay por lo menos US$70 mil invertidos en él, por lo que un fichaje menor de US$200 mil reporta un margen de ganancia casi cero.
De hecho, de los 517 jugadores firmados en 2013, apenas nueve superaron el umbral del millón de dólares, y 54 recibieron entre US$100 mil y US$950 mil, por lo que el 87% (453) no superaron los seis dígitos.
«¿A cambio de qué él nos quitaría un 10%, qué nos darían? Porque un programa sale caro. En mi academia tengo 12 empleados, pago play, pago casa, un estadio caro, comida, combustible, dos guaguas, sale muy caro», dice Batista.
Otro entrenador, que pidió la omisión de su nombre, recuerda que cuando le firmaron un jugador por poco más de los US$2 millones, recibió como compensación US$560 mil, pero de esa suma ya el programa había invertido US$400 mil, y de los US$160 mil había que sacarle US$70 mil para otros entrenadores por lo que su ganancia neta fue de US$90 mil.
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