Héctor J. Cruz pide regulación para desarrolladores de prospectos en RD

Héctor J. Cruz
SANTO DOMINGO. Quiero abundar un poquito sobre la intención de expandir a 18 años la edad mínima de firma de los jóvenes peloteros dominicanos. Hay un renglón que se constituye en la espina dorsal de todo el sistema, y que está enclavado en los programas independientes y en los “buscones”. ¿Qué es un programa independiente? Es un negocio privado, totalmente, que tiene “inversionistas”, pobres o ricos, y que posee un estadio propio o arrendado y que busca jóvenes talentos de corta edad, incluso de menos de 13 años. Si son pobrecitos, como la mayoría, se pasan un buen tiempo enseñándoles a jugar béisbol, les dan comida, dinero para el pasaje, ropa, útiles, y hasta los familiares salen beneficiados. Si los “empresarios” no tienen habitaciones en los propios estadios, alquilan casas que son convertidas en pensiones, y allí viven muchos de los muchachos. Los “buscones” también tienen sus facilidades y ofrecen de todo a los jóvenes . Son “asociados” directos de los”empresarios” citados más arriba, les dicen así porque también buscan a los futuros peloteros por los más apartados rincones del país, los llevan ante sus jefes, y de alguna manera hay que meterlos en el globo cuando llegan los bonos de firma, si es que llegan.
LO MALO: Hasta ahí todo bien, pero aquí viene la pregunta: ¿dónde está el problema? Oh, está en algunos puntos neurálgicos que que se resumen en los siguientes:ipl
1ro. Por lo regular firman un contrato de”trabajo” o compromiso con los familiares del pelotero, y ahí se especifica el % que recibirán de los posibles bonos, incluso en muchos casos sobre las futuras ganancias en el béisbol profesional. Esos % pueden variar desde un 30% hasta un abusivo 70%, que se da con frecuencia.
.- Abundan los abusos y las discriminaciones, y como no existen controles de autoridades también existen las provocaciones medicinales, dando a estos muchachos proteínas y esteroides no autorizados por médicos competentes. Tan grave es la situación que en ocasiones se producen muertes, como un par de muchachos de Higüey afectados por esteroides de caballos, e igualmente en la zona de Nizao han sucedido varios casos.
Y eso, que estoy dejando fuera los fraudes de documentos, que han abundado como granos de arroz en los últimos 50 años.
Y traigo a colación el nombre del actual comisionado nacional de beisbol, el colega Ricky Noboa, quien ha estado denunciando algunas irregularidades y pidiendo supervisión en la firma de contratos para ver por dónde hay macos y cacatas.
¿Qué se puede hacer con estos programas y buscones? Pienso que el Estado deberá meter su mano, más temprano que tarde, porque de alguna forma habrá que controlarlos y regularizarlos. En otros renglones de la vida nacional -por ejemplo un Centro de Terapia y Rehabilitación- Salud Pública tiene que emitir una certificación, pero antes debe verificar el centro para que cumpla con ciertos requisitos y parámetros.
Los “preparadores”de peloteros, o de cualquier otro deporte con fines de firma profesional futura, también deberían tener algún control, algún organismo que los autorice y supervise. Porque no puede ser un mercado libre, una especie de purga, ya que hace mucho daño no solo a los jóvenes dominicanos, también al propio sistema del béisbol. Tengo la impresión de que el trabajo del Comisionado, y del propio Ministerio de Deportes, debe enfocarse más a ayudar en los controles de esta etapa de formación de los peloteros, pues una vez que el joven es firmado ya pasa a ser “propiedad” del sistema de Grandes Ligas. Ahí no hay mucho que buscar. Ojalá, para cerrar, que la edad mínima sea elevada a 18 años, digamos a partir del 2017, pues así habrá mejor educación para nuestros jóvenes, y mejores peloteros.

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