Su nombre y, sobre todo, sus 226 centímetros fueron una de las grandes sensaciones del baloncesto escolar en Estados Unidos la pasada temporada. Tacko Fall congregaba a su alrededor a cientos de curiosos que querían ver las evoluciones del catalogado como el adolescente más alto del mundo. Un progreso que le permitió terminar el curso con medias de 20 puntos, 15 rebotes y 5 asistencias por partido y ganarse un puesto en una universidad de prestigio en el circuito de la NCAA como es Central Florida.
El sueño del joven senegalés parecía ir cumpliéndose siguiendo los pasos del más ‘hollywoodiense’ del guión. Sin embargo, la aventura estuvo a punto de convertirse en una pesadilla a escasas horas de comenzar la temporada de la NCAA.
La propia liga puso en duda los resultados académicos de Fall y en un primer momento le comunicó que no odía comenzar la temporada con la UCF al estar investigando la convalidación de sus notas en Liberty Christian. Unas calificaciones que rozaron la excelencia (GPA de 3.6 sobre 4, lo que equivaldría a un sobresaliente) en un joven que ya declaró que prefería ser Steve Jobs antes que LeBron James.
Tanto Fall, que esta cursando los estudios de ingeniería en Florida, como su tutora estaban preparados para emprender acciones legales contra la propia liga para que el senegalés pueda jugar con sus compañeros.
Sin embargo, la sangre no ha llegado a los tribunales y horas antes de dar que la NCAA diera el pistoletazo de salida la propia liga reculó y Fall pudo debutar con sus compañeros de Florida. Lo hizo con derrota ante Davidson tras jugar 14 minutos, anotar cuatro puntos, capturar tres rebotes y poner dos tapones.
Tacko no fue el único adolescente africano que ha visto en peligro su primera temporada en la NCAA. El malí Cheick Diallo, jugador de la Universidad de Kansas, también está siendo investigado por su nivel académico y en su caso no pudo debutar con los Jayhawks, mientras sigue siendo investigado por sus notas..
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