Mili Hernández: La niña que confundieron con un varón y descalificaron equipo

GRETNA, Nebraska. Lanyard Burgett está sentado incómodamente afuera de una cafetería en un centro de compras, girando ocasionalmente su cabeza para ver si hay alguien a sus espaldas. Burgett dice que él sirvió en la Fuerza Aérea en Arabia Saudita en la década de 1990, pero que allí nunca tuvo tanto miedo como ahora.
Su angustia está relacionada con un torneo de futbol juvenil que tuvo lugar en Nebraska el último fin de semana.
Burgett dice que ha recibido amenazas de muerte y su teléfono ha sido bombardeado con numerosos llamados de intimidación de números bloqueados. Ha hecho la denuncia en la oficina del Sheriff de Sarpy County.
Normalmente, Burgett no es una persona paranoica, pero el martes en la noche fue despertado por unos ruidos que él cree eran producidos por alguien que quería entrar en su casa. Hasta ese momento había dormido tres horas. Fue una de las noches que más durmió desde que todo esto comenzó cinco días atrás.
Su lenguaje corporal transmite una mezcla confusa de angustia, miedo y resignación. Burgett ha sido réferi y entrenador y padre de futbol, pero ahora mismo, el director voluntario del torneo de futbol por invitación Heimes Springfield no quiere volver a verse involucrado en ningún otro torneo.
Está sentado frente a una persona de relaciones públicas llamada Gina Pappas y ha venido provisto de un paquete abrochado de reglas de futbol y una lista –evidencia, si el lector prefiere llamarla así. Hace menos de una semana, el mundo de Burgett eran sus nietos y asegurarse de que tendría suficientes medallas para su torneo – una vida simple en el pequeño pueblo de Springfield, Nebraska, con una población de 1,600 personas. Ahora Burgett tiene con él a una persona de relaciones públicas.
A unos 30 minutos de distancia, en Omaha, una niña de 8 años de edad está siendo abrumada por pedidos de entrevistas de los medios de comunicación. Mili Hernández concedió dos entrevistas por TV el martes a la noche, y ella llegó tarde porque su padre, Gerardo, no la podía encontrar. Estaba jugando con una amiga, ajena al hecho de que se había convertido en el tema de un debate sobre deportes y derechos de género. Mili no tiene muñecas Barbie; ella tiene pelotas de futbol.
El domingo, cuando su equipo Azzurri Cachorros Chicas fue descalificado del torneo en Springfield, supuestamente porque los oficiales del torneo estaban convencidos que Mili, con su pelo corto, era un varón, la historia se disparó, lanzándola a la popularidad internacional.
Mia Hamm y Abby Wambach, leyendas del futbol femenino estadounidense, enviaron su apoyo a la pequeña Mili, cuyo nombre completo es Milagros. “Eres inspiradora”, le dijo Wambach a Mili en un video. “Eres una líder natural, querida, y estoy muy orgullosa de ti”.
Pero como en la mayoría de los casos en que hay involucrados padres, deportes juveniles y unos mil niños y niñas corriendo en una extensión de césped, esta historia dista de ser simple.
Burgett manipula su botella plástica de agua. Al menos dos veces durante la conversación, pareció que iba a llorar. Tuvo sentimientos encontrados cuando supo que Hamm y Wambach habían hecho llegar su apoyo a Mili. Se sintió feliz de que la pequeña niña pudiera llegar a conocerlas y molesto porque él, en esta ecuación, es representado como el monstruo que originó la controversia.
Hojea su manojo de papeles de futbol, que están marcados con resaltador amarillo. Dos décadas en las fuerzas armadas le enseñaron a ser regimentado, incluso en medio del caos. Le enseñaron a seguir las reglas.
“Me gustaría tener la oportunidad de poder sentarme con los padres y hablarles y disculparme con ella”, dice. “Porque quiero que sepa que no era algo personal con ella. Tengo nietos. No quisiera que alguien se lo hiciera a ellos cuando juegan al fútbol.
“Me gustaría que escucharan mi versión. Es posible que lo entiendan; o tal vez no. Pero por lo menos conocerían mi versión de por qué actué como lo hice”.
Muchas versiones de la misma historia
¿Por dónde comenzamos? ¿Con el entrenador que se quejó por una regla que no tiene nada que ver con la confusión de géneros? ¿Con los padres anónimos que preguntaron por qué un varón estaba jugando en un equipo de niñas?
Burgett sostiene que la pequeña Mili no tuvo nada que ver con el hecho de que el equipo de niñas Azzurri fuera descalificado del torneo de Springfield el sábado a la noche. Él dice que descalificó a tres equipos de Azzurri, no solo al de Mili. Es cierto, hubo una discusión acerca de si Mili era una niña, que se hizo más confusa cuando la lista del equipo, una lista que se ha usado durante meses, tenía anotada una ‘M’ de masculino junto al nombre de ella. Hay 14 niñas en esa lista y la única que fue víctima del error de teclado es la niña que justamente tiene el pelo corto. ¿Cómo fue que ocurrió eso, sigue sin ser aclarado?
El documento en el que Mili fue inscrita con la ‘M’ de masculino. Especial
Pero Burgett dice que los equipos fueron descalificados porque violaron otra regla. Azzurri anotó a algunos niños en varios equipos del torneo. Burgett presenta una hoja de papel que Mo Farivari, el director del club de futbol Azzurri, firmó cuando se registró. Seis líneas arriba de su firma, en letras mayúsculas, se puede leer una oración que dice que si se descubren jugadores integrando ilegalmente un equipo, enfrentan la posibilidad de su eliminación del torneo. Luego, Burgett muestra una página resaltada que explica la regla, por la que un niño no puede jugar en dos equipos.
Farivari no niega el hecho de que el club tenía jugadores que competían en más de un equipo durante el torneo. Tres niñas del equipo de Mili también jugaron para el equipo de varones 11/12 de Azzurri durante el torneo. También lo hicieron algunos jugadores del equipo de varones de 10 y menores del club. Pero Farivari dice que ellos lo han hecho antes, que es legal en este torneo y que nunca le informaron que eso estaba contra las reglas de Springfield. Farivari también está convencido de que el equipo de Mili fue descalificado por la controversia de género.
“La única razón por la que las descalificó”, dice Farivari, “es porque Mili parece un varón y figura en la lista [con] un error de teclado. Intenté explicarle esta situación, pero no me quiso escuchar”.
El error de género, de por sí, se presta a confusión. Los clubes de futbol tienen un funcionario que teclea los nombres de cada jugador, junto con información como la fecha de nacimiento y el género. Meses atrás, cuando el funcionario de Azzurri estaba tecleando los más de 300 nombres de jugadores del club para introducirlos en el sistema de la Asociación de Futbol del Estado de Nebraska, dice Farivari, tecleó accidentalmente “masculino” en lugar de “femenino” junto al nombre de Mili. Aparentemente, ese error no se corrigió nunca.
Así que durante meses, Mili jugó partidos de futbol con la inicial del género equivocado junto a su nombre, sin que nadie se quejara. Incluso un detallista de las reglas como Burgett no lo advirtió durante las inscripciones, mientras revisaba cientos de nombres.
Los oficiales del torneo lo advirtieron por primera vez el sábado. Burgett se había ido por unas pocas horas para asistir a un casamiento, delegando las obligaciones en sus asistentes. Esa mañana, el equipo de Mili estaba programado para jugar contra el equipo Norris Titans Blue después de las 11:00 en punto. Norris había jugado más temprano esa mañana y las integrantes del equipo estaban mirando un partido de los varones antes de comenzar los ejercicios de calentamiento.
Cuando tres niñas que jugaron en ese equipo de varones de Azzurri entraron al campo para los ejercicios de calentamiento antes del partido contra el equipo de niñas de Titans, Brad Kester, entrenador de Norris, lo advirtió. Le originó cierta preocupación.
“Si eso era legal”, dice Kester, “yo hubiera inscrito dos equipos en el torneo si hubiera podido compartir jugadores”.
Hay razones para esa regla, dice Kester. El último fin de semana, las temperaturas subieron hasta los 90 °F (32 °C) en el este de Nebraska y él dice que la seguridad física es un tema cuando un niño puede llegar a jugar ocho partidos a lo largo de tres días.
Kester alertó a un réferi sobre la infracción a las reglas, pero no presentó una protesta formal por el partido, que Norris ganó 4-0. Fue la primera derrota de Chicas en el torneo. Durante el partido, Kester dice que sus jugadoras podían oír a los padres gritando a las jugadoras de Azzurri: “pásenle la pelota a ÉL”. Eso confundió a Kester. Dice que los gritos provenían de los padres de las niñas de Azzurri.
“Eso no me importó realmente”, dice Kester. “No nos quejamos por el rol de Mili en el partido. No tuvo influencia en el resultado. No es como si hubiéramos visto a Mili antes del partido y dijéramos, ‘Eh, esa jugadora parece un varón’”.
Después del partido, cuando Kester estaba hablando con un oficial del torneo sobre la infracción de usar jugadores en más de un equipo, dice que al menos un padre de Norris se acercó y preguntó, “¿Por qué ellos tienen a un varón en el equipo?”. Kester no quiso identificar al padre. Burgett dice que fueron varios los padres que hicieron la misma pregunta.
Más tarde, el mismo sábado, Burgett y su personal estaban investigando ambos problemas. Burgett revisó la lista y vio la ‘M’ de masculino. Dice que él no reparó realmente en el aspecto de Mili hasta el lunes a la noche, cuando finalmente encendió un televisor y la vio en las noticias. (Él afirma que hasta esa hora había evitado intencionalmente mirar TV e Internet).
Burgett dice que no importó la documentación que presentó la familia de Mili o el club. Su documento oficial, la lista del equipo, decía que ella era un varón. Y en su mente, el punto era discutible, porque el equipo de Mili, junto con las otras dos escuadras de Azzurri, estaban siendo descalificados por la infracción de compartir jugadores.
A las 11:12 de la noche del sábado, él le envió a Farivari un mensaje de correo electrónico informándole que los equipos habían sido descalificados. Él detalló cuatro infracciones. Tres de ellas estaban relacionadas con el hecho de usar los mismos jugadores en distintos equipos. Pero la primera de la lista se refería a Mili.
Ella no estaba nombrada –Burgett afirma que durante todo el proceso tuvo la precaución de no discriminarla– pero el párrafo decía que la primera infracción de Chicas era tener a un jugador masculino jugando tres partidos en un equipo femenino.
“Lamento informar sobre esta decisión”, escribió Burgett sobre las infracciones, “pero el engaño no se toma a la ligera y perderán los partidos restantes”.
Mili retornó al campo de juego; Burgett no retornará tan pronto
El teléfono de Gerardo Hernández ha estado sonando sin parar. Cuando el domingo por la mañana se enteró que el equipo de su hija estaba siendo descalificado del torneo, salió apurado de su casa en el centro de Omaha hacia Springfield, tratando desesperadamente –e inconcebiblemente– de demostrar que Mili era una niña.
Gerardo estaba enojado, pero tenía que llegar allí para que el equipo de Mili pudiera jugar. Llevó con él una tarjeta de seguro para probar el género de su hija. Estaba preparado para recitar cualquier información que necesitaran.
“Dije que tenía algo en mi billetera que quería mostrarle a él”, afirma Gerardo. “Ni siquiera la aceptó. No le importó. Dijo que alguien del equipo era un varón y no había nada que pudiéramos hacer”.
Mili fue con él a Springfield. Gerardo dice que ella creía que todo el equipo había sido descalificado por su culpa, y se sentía muy mal. Ella lloró durante todo el viaje a casa, dice él.
“Ella se durmió pensando que iba a jugar”, dice Gerardo. “A la mañana temprano, le dijeron que estaba descalificada”.
La Asociación de Futbol del Estado de Nebraska (NSSA) no respondió a las preguntas de espnW.com, pero dijo en un mensaje de correo electrónico que los oficiales del torneo de Springfield descalificaron a un equipo de niñas por incluir en su lista incorrectamente como “masculino” a una de sus integrantes, violando las reglas del torneo.
La NSSA dijo que contrariamente a lo informado inicialmente por los medios, los oficiales del torneo señalaron que el equipo no había sido descalificado por las apariencias físicas sino por la documentación incorrecta que se había presentado. La NSSA informó que estaba suspendiendo la autorización del torneo por Invitación de Springfield hasta que se realizara una revisión detallada de los hechos.
En una declaración, el director ejecutivo, Casey Mann, señaló que la Asociación de Futbol del Estado de Nebraska “se había fundado sobre los valores de trabajo en equipo e inclusión”.
Mili no ha tenido que preocuparse por la exclusión en los días que siguieron desde que su historia se viralizó. Hamm la ha invitado a su campamento este verano y Mili planea asistir. Farivari dice que él recibió una llamada de Columbus, Nebraska, para ofrecer al equipo la posibilidad de jugar en un torneo allí este fin de semana, sin cargo.
La noche del jueves, según Mario Torres, el entrenador de Azzurri, las compañeras de equipo de Mili planean cortarse el cabello después de la práctica como una señal de apoyo a ella.
Las ex seleccionadas estadounidenses enviaron mensaje de apoyo a la pequeña cuyo equipo fue eliminado por creer que era niño.
Mili ha vuelto a patear una pelota de futbol y a jugar con sus amigas. Parece estar lista para que las cosas vuelvan a la normalidad. “Quiero olvidarme de todo esto”, le dijo a KETV, afiliada de Omaha ABC.
Burgett no está seguro de cuándo volverán las cosas a la normalidad, pero no tiene planes para seguir siendo voluntario de futbol. “En este momento, no siento la pasión para hacerlo”, dice.
Durante años, cuando entregaba las medallas en el torneo, la emoción lo embargaba. No está seguro de por qué un estricto militar podría hacer eso, casi llorar, cuando un niño recibía una medalla. Solo lo hacía.
“He tenido que lidiar con padres enojados y entrenadores enojados, cuando actué como réferi”, dice. “Pero nunca sentí la necesidad de protegerme. “Ahora mismo, mi mujer y mi hija están preocupadas. Y están preocupadas porque nunca hemos pasado por este tipo de situaciones”.

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