Miguel Batista está opuesto se recluten adolescentes en edad de ir a escuelas

SANTO DOMINGO. En el último lustro, los equipos de las Grandes Ligas han cambiado el método de evaluación de los talentos para firmarlos y el monitoreo ahora comienza tan temprano como hasta los 13 años.
Jugadores que no podrán ser firmados hasta julio de 2020, que acaban de aterrizar en la adolescencia, ya figuran en las bases de datos de los equipos, que ya documentan con tinta y vídeos sus desempeños en cada try out, showcase (pruebas y exhibiciones) y partido que disputan.
Este nuevo escenario ha llevado a los entrenadores independientes a adelantar sus reclutamientos y la lucha por los nuevos valores comienza hasta antes de los 12 años, como pudo confirmar DL con una decena de niños.
En casos, los niños pasan más tiempo jugando béisbol que en las escuelas, son concentrados en pensiones en una edad clave para el desarrollo de sus habilidades cognitivas y cuando la carga académica aumenta.
Miguel Batista, quien lanzó casi 2,000 entradas en las Grandes Ligas durante 18 años con 11 equipos, entiende que ese nuevo escenario tendrá serios efectos negativos para esos jóvenes y sus familias por acelerar el proceso a costa de sacrificar cientos de horas de estudios.
“Creo que quererse adelantar a la naturaleza es el peor error que puede tener un ser humano y lo estamos haciendo ya en béisbol. Ellos quieren tener un producto acabado a más temprana edad y lamentablemente cuando miras el rendimiento, para tener rendimiento tienes que verlo en juegos y para que haya juego tiene que pasar el tiempo”, dijo Batista.
El ganador de 102 partidos y una Serie Mundial (2001) cree que las autoridades oficiales dominicanas pueden intervenir para detener esta práctica, pero sobre todo los padres deben crear consciencia.
“Como todo producto lo que se busca al final es el rendimiento. Creo que el programa que usábamos de 1995 para atrás dio demasiadas superestrellas a nuestro país, desde Felipe Rojas Alou los peloteros dominicanos éramos firmados hasta de 19 años y tantos, a mí me firmaron a los 17 y duré 18 en Grandes Ligas. Pedro y Marichal duraron 16”, dijo Batista, que ha servido de enlace al sindicato de jugadores de la MLB con el Ministerio de Educación.
Pablo Ulloa, psicólogo, profesor y gestor de becas de béisbol para los Estados Unidos, sostiene que someter a un niño de 12-13 años a la presión de perseguir una firma genera un estrés que puede afectar la personalidad del joven en una etapa donde se define este rasgo.
“Como atleta puedes lograr un rendimiento hasta un punto porque está la parte ósea, la parte grasa, la parte muscular como tal, que tiene un tiempo para desarrollarse. Si tú lo aceleras lo que vas a generar es lesiones, en este caso físicas y si lo vemos desde el punto de vista ya humano, emocional psicológico también vas a generar lesiones, frustraciones, traumas, frisón, problemática y a la larga te va a terminar saliendo en algún momento de tu vida, ya sea en tu relación de familia o de pareja o con tus mismos jugadores o en el entorno donde tú interactúa. Por lo tanto, llevar a un niño a un nivel de competencia, de presión al que estamos hablando no es correcto”, dijo Ulloa.
Los equipos de la MLB han incrementado las inversiones en el reclutamiento de jugadores, pero también el escenario en el que juegan. La liga prohibe a los jugadores ser evaluados en las academias hasta el último semestre previo a estar disponible para las firmas, pero es una regla fácil de saltarse, ya que los escuchas van a otras facilidades a hacerlo.
“Es imposible poder compensar en cuatro horas de un sábado o un domingo lo que debe de ser el contenido de una semana, de 24 horas, sino las competencias que tienes que desarrollar”, dijo Ulloa.
En 2016 se inscribieron 4,069 niños que cumplieron 16 años, la edad mínima para firmar, pero de ese grupo solo 144 logró su objetivo, el 3.5%.

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