ANDREW VELÁZQUEZ, AL JUGAR CON LOS YANKEES, CUMPLE SU SUEÑO DE NIÑO

Hasta hace unos años, el pelotero de ascendencia puertorriqueña se divertía jugando en las calles del Bronx imaginando ser un Yankee, ahora es el short stop titular del equipo más famoso del beisbol de Grandes Ligas.

A menos de cinco kilómetros de Yankee Stadium, en el este del Bronx, se ubica Morris Park, un vecindario de clase trabajadora en el que desde hace unas cuantas semanas, sintonizar los juegos de beisbol dejó de ser una vieja costumbre para convertirse en un acto de comunión. Uno de los niños de la cuadra ahora luce la franela rayada bajo las luces del parque más famoso de pelota.

Esta campaña Velázquez se convirtió en una de las historias más surrealistas de Grandes Ligas cuando el 9 de agosto fue llamado al primer equipo de los Yankees para cubrir la lesión del short stop Gleyber Torres. Como si hubiera destapado al genio de la lámpara mágica, Andrew ha ido cumpliendo en este corto camino varios de sus más grandes deseos.

Mientras Torres trabaja en la rehabilitación de su pulgar derecho, Velázquez vive y aprovecha su momento al realizar jugadas a la defensiva que recuerdan a Derek Jeter, el ídolo de su infancia.

«Se siente genial estar en Yankee Stadium, aquí es donde todo comenzó para mí. De niño pensé que podría convertirme en un Yankee y ahora tengo el uniforme con el que siempre soñé», declaró Velázquez hace unos días a la prensa de New York.

El sábado por la tarde la utopía del Bronx Kid se extendió cuando uno de sus batazos terminó en el jardín derecho. El primer home run de su carrera llegó y lo hizo en el patio de casa y con su gente.PUBLICIDAD

Velázquez recorrió las cuatro bases con una sonrisa que contagió el llanto de su familia que ese sábado frente a los Minnesota Twins acudió al parque para apoyar a Andrew, tal como cuando era un niño que jugaba en los pequeños campos de tierra y pasto del Bronx.

«Es asombroso, es asombroso, es asombroso. Es surrealista. No sé qué otro adjetivo usar. Es abrumador «, comentó al NY Post Margaret Maldonado-Velázquez, madre de Andrew.

Su hijo creció como fanático de los Bombarderos del Bronx y en su cumpleaños 10, lo llevaron a una visita guiada por el viejo Yankee Stadium. Margaret recordó un dibujo que hizo Andrew en primer grado. Era él con telas a rayas.

«Sólo le interesaba ser un Yankee, sólo eso».

En el escenario más grande de todos, Velázquez ha sido un boleto 2×1 para los Yankees, pues además de brillar en el campo, su presencia ha sido un especie de amuleto para la organización. Desde su incorporación New York tiene una marca de 11-2 con nueve victorias en fila que incluyen una barrida sobre los Red Sox.

El estallido del apellido Velázquez no fue exclusivo de Yankee Stadium. Sus actuaciones llamaron la atención de reconocidos aficionados de los Yankees que brindan por su chico con mensajes en redes sociales.

Velázquez fue seleccionado en la séptima ronda por los Diamondbacks en 2012. Siguió canje a la organización de los Rays en 2014. Jugó por primera vez con Tampa Bay en 2018, pero otro intercambio lo envió a Cleveland en julio de 2019. Como jugador utility anotó dos hits en 23 turnos al bate entre los dos clubes ese año.

Con 27 años de edad, Andrew Velázquez disfruta esta temporada como si fuera la de su verdadero debut, y lo hace en el patio de casa.

Cuando las luces del estadio se apagan, en un viaje de menos de 15 minutos, Velázquez regresa a Morris Park para dormir con sus padres, tal como hacía cuando era otro niño más de la cuadra.

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