Cole Hammer, un joven de apenas 15 años, es uno de los jugadores que forman parte del field del Us Open, uno de los cuatro masters del año. “Ha sido una experiencia increíble para ambos”, comentó Gregg Hammer, quien mira desde lejos a su hijo adolescente.
Apenas hace una semana, Cole y Gregg Hammer estaban planeando festejar el día del padre en casa, mirando en la televisión el US Open. Hace unos días, el pequeño cambió los planes, tras clasificar en el sectional con 36 hoyos, en el Norhwood Club de Dallas.
Así, Cole será el tercer jugador más joven en la historia en participar en el US Open. Sin embargo, la historia podría no favorecer a Hammer. Tadd Fujikawa fue el primer golfista (2006) que a los 15 años y cinco meses hizo historia por ser el más pequeño del field en el torneo, pero desafortunadamente ni siquiera logró pasar el corte.
En tanto, Andy Zhang probó suerte también en el 2012; con tan sólo 14 años y seis meses logró participar en la competencia. Pero debido a una lesión no logró pasar el corte.
Por eso Hammer quiere hacer historia. Y tendrá un gran plus a su favor, pues a su lado estará, como casi siempre hasta ahora, Gregg, quien fungirá como su caddie.
“Tener a mi papá con la bolsa significa el mundo para mí, sobre todo en el Día del Padre”, expresó Cole. “Creo que va a ser una experiencia genial ser capaz de compartirlo juntos. Él ha sido mi caddie antes y trabajamos bien juntos. Creo que vamos a tener un gran momento aquí”, destacó el golfista para la PGA.
Aún sin comenzar el torneo, Cole sabe ya lo que significa estar al lado de todos aquellos que antes sólo admiraba en la televisión. En las prácticas de esta semana ha estado acompañado de Jordan Spieth, quien lo aconsejó y lo arropó durante su primer contacto con el campo.
“Me dijo que pensaba que si juego bien, tengo la oportunidad de competir, eso me dio mucha confianza. Realmente aprecio su consejo y creo que su consejo acerca de ser paciente va a ser enorme aquí, teniendo en cuenta lo difícil que es”, aseguró Hammer.
El pequeño Cole ha jugado el golf desde los dos años. Sus padres son aficionados al deporte: Gregg ganó dos campeonatos del club River Oaks y su madre logró tres.
También probó en el beisbol, pero descubrió que el juego en equipo no era precisamente para él, así que optó por concentrarse en esta disciplina, que lo tiene en la mira del mundo y con el entusiasmo suficiente para probar que su llegada al US Open no fue cuestión de suerte. Quizá es cierto eso de que es el tiempo de Hammer… Sólo el fin de semana lo dirá.





