Los Mets tienen el laboratorio perfecto para desarrollar a los jóvenes prospectos

Con la seriedad y disciplina que les caracterizaron en su época de jugador y dirigente, de esta misma forma Rafael Landestoy labra el camino para que los jóvenes que llegan y se desarrollan en la Academia de los Mets mantengan un sentido tan elevado del respeto como el talento que les abre las puertas para expandirse por los equipos minoritarios de la franquicia.
El béisbol vive en la actualidad una etapa donde las largas cabelleras, afros, barbas, aretes, tatuajes abundan entre los peloteros, ninguna de esas modas entran en el esquema de Landestoy, cuyo librito de educación y modales reciben el respaldo de la oficinal central de los Mets, a pesar de que algunos de los principales rostros del club como Noah Syndergaard y Jacob deGrom (melenudos), así como Yoenis Céspedes (aretes) no obedecen a esas restricciones. Con una década como coordinador de terreno a nivel internacional para los Metros, el ex jugador brinda continuidad a su amplio desempeño de forjar jóvenes prospectos para el béisbol, que al menos en la organización comenzó hace más de un par de décadas cuando Rey Ordóñez buscaba abrirse paso en el negocio. Las enseñanzas fueron tan positivas que el cubano permaneció nueve campañas en la gran carpa, de estas siete fueron con los Mets e incluyó la obtención de tres guantes dorados en el campocorto.
“Ha sido muy satisfactorio lo que ha ocurrido aquí en la Academia, no niego que me sentí atraído por la idea de que construirían un complejo con toda la modernidad, pero lo que más llamó mi atención y que me tiene aquí eran sus planes dirigidos no solo a buscar magníficos peloteros, sino también mejores ciudadanos”, expresó el nativo de Baní, quien permaneció ocho temporadas a nivel de Grandes Ligas actuando para tres organizaciones.
“El aspecto educación fue vital para tener una segunda estadía aquí, siempre he considerado que un pelotero con un elevado grado académico rinde más que uno carente de estudios y este es uno de los aspecto que nos ha convertido en una organización modelo”, agregó Landestoy, quien se encuentra en su sexta franquicia como instructor.
30 PELOTEROS EN LAS GL
Insertar unos 30 peloteros a nivel de Grandes Ligas y quienes han sido producto de la academia es el mejor termómetro para evaluar el trabajo realizado por el grupo de hombres que representan la cara de los Mets en Dominicana. Este monto continuará su incremento en los venideros años con el arribo de otros prospectos que cada día elevan su cotización en los circuitos minoritarios.
Uno de los símbolos históricos de los Tigres del Licey, ganador de seis coronas como jugador, una en el plano dirigencial (2005-06) y otra como gerente general (2001-2002), Landestoy se hace acompañar de un magnífico grupo de instructores, algunos de ellos con el éxito en el paladar como Alberto Castillo, ex máscara de las Águilas Cibaeñas, equipo del que fue un hombre determinante en la conquista de nueve gallardetes entre 1995-96 y 2007-08.
Alberto, quien disputa con Tony Peña la supremacía entre los receptores al menos a nivel local y persona de ética de trabajo fuerte y estricta, tiene a ocho receptores bajo su responsabilidad, a quienes educa con las mismas directrices que tuvo en su carrera y de quienes espera alcancen la misma coraza que lo engrandeció en sus años de gran capitán de las Águilas.
Fortaleciendo ligas menores
UN TRABAJO CONSTANTE Y TESONERO
“Nuestra misión aquí es enseñarle a estos muchachos gran parte de los conocimientos que aprendimos en el béisbol en nuestra época de juventud, en la que nos desarrollamos en condiciones completamente opuesta a los beneficios y el confort con los que estos jóvenes cuentan hoy día”, relata Castilló, quien firmó a mediado de los 90¥s para los Mets en una etapa donde abundaban las pensiones para los peloteros.
En su caso, alcanzó la brillantez como máscara defensiva y permaneció una docena de años en el gran espectáculo, tras imponerse a las vicisitudes que eran propias de la época, todo lo opuesto a las vivencias de hoy día.
Castillo fue un gran sobreviviente en una pensión de los Metros que tenía justo a la izquierda, la famosa cárcel de la Preventiva y a la derecha el constante mal oliente de los caballos en los establos del desaparecido hipódromo Perla Antillana. “En ocasiones nuestro almuerzo era una sopa sencilla, debido a que las deudas estaban muy elevadas y hasta que el jefe no llegara de Estados Unidos no se saldaban”, narra sobre sus años de joven hambriento por alcanzar una firma.
Aunque en el béisbol dominicano era de los principales atacantes en el comando de batalla que enfrentaba a su amado Licey, Landestoy siempre ha apreciado la seriedad, entrega y dedicación de Alberto, a quien reclutó poco después de su designación y el cátcher, quien vistió las camisetas de ocho franquicias en la gran carpa cuenta con ocho años como instructor de los Mets, equipo del cual hace años fue dirigente.
Martínez y Roque
Dos ex peloteros, que jugaron bajo la tutela de Landestoy en su paso dirigencial por el Licey, Manny Martínez y Rafael Roque les acompañan en el cuerpo de instructores de la organización. Manny, un campeón de cuatro cetros en el béisbol invernal con el Licey en quince campañas, es dirigente del equipo Mets 1 que participa en la Dominican Summer League y al que el año pasado llevó a exhibir marca de 45-26, siendo uno de apenas nueve conjuntos que superaron esta cantidad, de los 42 que existe en la actualidad.
Martínez, quien en su época de pelotero activo brillo como en el prado central, también realiza las funciones de educador para el grupo de 11 patrulleros que en la actualidad están matriculados en el complejo y el número que ya ha pasado por sus manos es bien amplio.
“Nuestro proyecto marcha muy bueno, tenemos algunos jóvenes ya en Estados Unidos quienes transitan por buenos pasos y esperamos que las cosas sigan marchando bien”, señaló el ex jardinero, quien en las Mayores jugó entre 1996 y 99 con Marineros, Filis, Piratas y Expos.
Mientras, que Roque, un zurdo que permaneció un trío de campañas en las Grandes Ligas y quien en 1995 firmó su primer contrato con los Mets, es coach de pitcheo y sobresale por educar a varios de los brazos jóvenes del club. Antes había estado por nueve años como instructor de los Reales de Kansas.
“Me enorgullece el trabajo que hacemos aquí, me gusta enseñar y ayudar a los muchachos a ser mejores lanzadores lo cual es una agradable experiencia aportar mi granito de arena en su formación”, señaló Roque, un zurdo que permaneció diez temporadas con el Licey.
Rojas y Leger, dos alumnos bien aventajados en la franquicia
Sus carreras como jugador fueron efímeras, empero sus desarrollos en lo dirigencial transita por una ruta tan correcta que en un futuro les puede abrir las puertas como estrategas de las Grandes Ligas.
Luis Rojas y José Leger han observado en la franquicia de los Mets un gran crecimiento como jóvenes valores, desde aquellos días en que eran dos simples instructores, dueño del talento y la inteligencia, pero sobretodo con el hambre de alcanzar como dirigente un mejor sitial que el logrado como pelotero.
Rojas, quien a los 22 años actuó en su única campaña a nivel de Liga Menor en la organización de los Expos de Montreal, ya incluso probó el néctar de conseguir un gallardete con el Escogido en el 2015-2016.
En la actualidad comanda al equipo Birghamton, clasificación Doble A de los Mets y posee record de 16-10, ocupando el segundo puesto en la Liga del Este, sólo detrás del Trenton (18-10). De por vida, cuenta con foja de 416-349. “Sos dos jóvenes de buenas proyecciones, empezaron muy jóvenes aquí y la organización tiene grandes esperanzas en ellos”, expresó Juan Henderson, Director de Operaciones.

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