La promesa tica que fija su meta en la NBA

Avery Martínez es hijo y sobrino de dos de los mayores exponentes del baloncesto nacional: Henry Martínez y Kay Martínez, respectivamente. Ha seguido los pasos de ambos desde muy pequeño, con el fin de escribir su propia historia como atleta en el exterior.
Al joven, de 18 años, desde muy pequeño le tocó esforzarse para sobresalir en un deporte poco practicado por los costarricenses.
“He tenido que pasar por sacrificios, trabajo fuerte y por muchas cosas. Todo empezó porque quiero llegar a la NBA, siguiendo los pasos de mi padre Henry Martínez, quien ha sido parte importante en mi carrera junto a mi madre”, aseguró Avery.
Como mentor también tiene a su tío Kay, uno de los jugadores con más trayectoria del país en esta disciplina.
“Siempre quise seguir los pasos de mi padre y mi tío y así lo he hecho. En Costa Rica jugué con el equipo del Colegio Santa Cecilia, donde ellos también jugaron. Los consejos que siempre me dan son para ser mejor persona, dentro y fuera del gimnasio. En lo deportivo me dicen qué tengo que hacer cuando voy a jugar, me recomiendan levantarme temprano para ir a tirar, entre otras cosas pequeñas que hacen grande a un jugador como lo fueron ellos”, reveló.
Hoy, el joven está a las puertas de dar un salto importante, pues tiene un acuerdo verbal con el equipo de la Universidad de Texas (UTED), en la primera división universitaria, hecho que se confirmaría en las próximas semanas, según la página oficial del equipo.
“Estoy muy agradecido por tener una oferta de UTEP, no sé cuándo lo harán oficial porque primero debo ir a firmar con ellos, pero el acuerdo verbal está y probablemente sea muy pronto la oficialización”, expresó Avery.
Después de jugar con el Colegio Santa Cecilia, Avery Martínez dio el salto a Estados Unidos, donde militó en Atlanta Georgia y en el equipo de la universidad Cantwell-Sacred Heart of Mary High, en Montecarlo California, donde está actualmente.
En la historia del basquetbol tico, ningún jugador ha llegado a la Liga Profesional de Baloncesto Estadounidense (NBA) y un grupo muy reducido de tres o cuatro han llegado a las ligas universitarias, algo que le sirve como motivación.
“Siempre he soñado con la NBA, tengo 18 años y sigo pensando en eso, es más fácil ser observado aquí (liga universitaria), pero no es sencillo llegar a las grandes ligas porque hay muchos jugadores que lo desean. Hay que trabajar fuerte y hacer muchos sacrificios. No todos llegan hasta ese punto”, aseveró.
Con su trabajo, Avery pretende también ayudar a que otros niños costarricenses también puedan llegar al baloncesto estadounidense.

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