En Panamá cuatro niñas toman parte de torneo de pequeñas ligas con varones

Son las princesas del diamante, pero no crea que por ser pequeñas y delicadas tienen privilegios. Al contrario, su meta es recibir el mismo trato que los varones.
Con manillas y bates en mano, ellas se abren paso en el béisbol, un deporte dominado por los niños.
Durante el pasado Campeonato Nacional de Béisbol Preinfantil (9-10 años) de Pequeñas Ligas, cuatro damitas lograron formar parte de las selecciones de sus respectivas provincias e incluso tuvieron destacadas actuaciones que dejaron a más de uno con la boca abierta.
Stefani Sandoval (Herrera), Angid Varela (Panamá Metro), Aibys Samudio (Occidente) y Ámbar Córdoba (Coclé) se robaron los aplausos del público y el respeto de sus compañeros.
Stefani fue la cerradora estrella de Herrera. Cuando el juego ante Panamá Este se apretó, llegó para poner orden y ayudar a su equipo a ganar (7-6) el título.
Sandoval practica béisbol desde hace dos años y no es de extrañar porque creció en un entorno ligado con esta disciplina. Su abuelo, papá y hermano lo jugaron.
«Lo que pasa con ella es que me la llevaba a los partidos de mi hijo de 21 años. Ella siempre estuvo en esos juegos y le empezó a gustar. Su abuelo fue pitcher de Herrera, el papá jugó en la juvenil de Herrera y el hermano jugó en categorías menores», explicó Yeimy Tello, su orgullosa mamá.
La estudiante del quinto grado ha acentuado su interés por el béisbol este año. Entrena en la academia de Oliver de Gracia, el pelotero al que más admira. Además, ha representado a su escuela en torneos de tenis de mesa.
Si Stefani quiere seguir practicando este deporte, su familia la apoyará.
Con relación a cómo es ser la única niña del equipo, su mamá aseguró que tiene firmeza de carácter.
«Ellos la tratan normal, ella tiene su carácter, que es bastante fuerte. Es muy seria», agregó su madre.
Las niñas se han ganado el respeto de todos su compañeros y aspiran a seguir practicando béisbol.
En medio de su felicidad por el triunfo de Herrera y de su próxima participación en la Serie Latinoamericana, Stefani animó a las otras niñas a jugar béisbol.
«Jueguen porque es una experiencia muy bonita», dijo la cerradora de 10 años.
Plantan bandera
Al igual que Stefani, Angid Varela (9 años) no se deja. Incluso si tiene que «regañar» a sus compañeros, lo hace.
Como ocurrió en el Preinfantil. Angid lanzaba un juego perfecto hasta la cuarta entrada frente a Darién y en el campo estaba el segundo equipo, pero en vista de la oportunidad, el técnico envió al cuadro titular. No obstante, los niños cometieron algunos errores y el reclamo no se hizo esperar: «me dañaron mi juego», les dijo con tono airado la pequeña. Entonces los chicos hicieron los ajustes y ella terminó su labor con dos imparables permitidos y 10 ponches recetados.
La pasión beisbolística de Angid viene de familia. Fue su abuelo, principalmente, quien se la inculcó.
Su tío y padrino Elías Varela, en tanto, ha estado con ella en cada juego y la describe como una niña ejemplar.
«También practica karate y es muy aplicada en sus estudios. Siempre se ha llevado bien con sus compañeros y aunque juega este deporte, nunca ha perdido su feminidad», indicó Elías.
En Chiriquí Occidente está Aibys, a quien le gusta que la traten como una jugadora más, sin excepciones por ser niña.
«Ella quiere seguir jugando béisbol, no quiere softbol, pero en todo caso, si no puede seguir, practicará voleibol», dijo su mamá Lily.
Su aventura en el béisbol empezó con su hermano, al inicio lo tomó a relajo. Ahora ya ha formado parte del equipo provincial.
Aibys, de 9 años, se desempeña como primera base y pitcher. Está en cuarto grado y su jugador favorito es Mariano Rivera.
En el caso de Ámbar, de 10 años, ella tuvo el modelo perfecto en casa, pues su hermana también fue beisbolista.
Cuenta su madre, del mismo nombre, que más miedo le dan a ella que a su hija los golpes que pueda sufrir.
«Ámbar juega desde los 6 años.Su hermana jugaba béisbol y al verla se motivó. A veces me da más miedo a mí que a ella.Los niños la integran bien y la admiran», narra su mamá.
La alumna de quinto grado admira a José Altuve y a nivel local a José «Roco» González.
¿Por qué se retiran temprano las niñas?
Martín Crespo, de la organización de Pequeñas Ligas, aseguró que la participación de niñas en los torneos nacionales es tradicional y aclaró que ellas pueden jugar todas las categorías del programa, sin embargo, muchas solo lo hacen hasta los 12 años.
«Siempre ha habido una que otra niña porque este es un programa incluyente. Por lo general, empiezan a jugar en la categoría 9-10 hasta la 11-12 y muchas de ahí dan el salto al softbol. Muchas se van desarrollando y no llegan a la intermedia. Ellas mismas toman la decisión de irse, el programa no las excluye», agregó.

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