Juan Soto, un talento precoz que en sólo tres meses enloqueció a los equipos para firmar

Cada jugador que entra a la categoría de fenómeno, como sucede con el prospecto Juan Soto, quien llegó a las Grandes Ligas en apenas dos años y unos dos meses, es dueño de una gran historia.

Hace más de un año que el buen amigo Modesto Ulloa, quien es cazatalentos de los Nacionales, me recomendó a Soto para que lo siguiera, porque iba para el sorteo de novatos de Lidom.

Ulloa recuerda que vio a Soto por primera vez a finales de 2014 y accionaba como pícher en el play de Los Trinitarios y le tiró 78-82 mph.

Fue invitado por su entrenador Rafael Zapata -Papé-, quien formó a Soto desde los 10 años en su academia Los Vecinitos Baseball Club, que funciona en el legendario estadio La Normal.

Papé me contó que Soto salió tarde al mercado de firmas, a los 16 años, debido a que estudiaba por la mañana y su madre se oponía a trasladarlo para la tanda de la tarde o de la noche para así tener más tiempo para prepararlo.

Papé dice que cuando Soto estaba listo para la firma se lo transfirió al entrenador Cristhian Batista (Niche), quien se sacó la lotería, porque en solo tres meses logró un bono millonario.

Papé recuerda que el primer día que llevó a Soto al programa de Niche el escucha de los Nacionales, Moisés de la Mota, le ofreció US$300 mil, que lógicamente fueron rechazados.

Una fuente me contó que el jefe internacional de los Nacionales, Johnny DiPuglia, le ofreció US$2.0 millones a Niche por Soto, quien lo rechazó, porque supuestamente tenía una de US$2.2 millones con los Padres de San Diego.

Niche regresó a la semana, pero los Nacionales habían invertido US$500 mil en otros jugadores. A Niche no le quedó de otra que aceptar los US$1.5 millones, pero así es el negocio.

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