Elliott se convierte en el más joven en debutar en Inglaterra

El martes pasado, nada más acabar el examen en el colegio, Harvey Elliott (15 años y 174 días) recogió sus bártulos con emoción porque le tocaba ir a Craven Cottage a ver a su equipo, el Fulham, que disputaba la Carabao Cup ante el Millwall, rival de Championship (Segunda División).

Lo que no se imaginaba es que lo vería desde el banquillo, primero, y sobre el césped durante el último cuarto de hora —salió en el minuto 81— para convertirse en el futbolista más joven en debutar en una competición de élite en Inglaterra.

Récord que hasta la fecha ostentaba Ashley Chambers, que se estrenó con 15 años y 203 días con el Leicester en 2005. En el Fulham, el límite lo marcaba Matthew Briggs, que en 2007 jugó con 16 años y 65 días.

“No le dije nada porque no le quería poner presión en la escuela”, explicó tras el encuentro (3 a 1 para el Fulham) el técnico Slavisa Jokanovic. Y desveló cómo fue el proceso.

“Harvey es un joven arrogante, en el buen sentido de la palabra, y con mucha personalidad. Tuvo el valor de acercarse un día para decirme: ‘Quiero demostrarte que soy muy buen jugador, quiero demostrártelo”. Así que el entrenador le dio su oportunidad. “Hizo unos entrenamientos con nosotros, me lo demostró y ya está aquí. Se lo merece”.

Feliz porque el Fulham logró clasificarse para la cuarta ronda de la Copa de la Liga por tercera vez en los últimos 14 cursos, Jokanovic se explayó sobre el futbolista: “Mueve el balón con calidad y con velocidad. Creemos que podemos construir el futuro junto a él, pero también debe ir a clase”.

El récord de precocidad, en cualquier caso, no ha estado exento de polémica porque la sociedad inglesa —expresada en parte en las redes sociales—, entiende que un niño no debe jugar todavía en un equipo profesional, más aún cuando los contratos profesionales no se hacen hasta que se alcanza los 16 años.

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