Tiene tan solo 13 años y ya Alysa Liu inscribió su nombre en la historia del patinaje artístico.
Primero, al convertirse en la patinadora más joven en ejecutar con éxito un axel triple, una de las acrobacias más difíciles y espectaculares que existe y que pocas mujeres han logrado completar.
Y segundo, al ser la más joven en ganar los campeonatos nacionales de patinaje de Estados Unidos a finales de enero.
Liu, quien no podrá participar en los mundiales debido a que no alcanza la edad mínima de 15 años que se exige, maravilló al jurado al ejecutar el axel triple en dos oportunidades.
Todavía exultante por su triunfo, la adolescente compartió con la periodista Cody Godwin de la BBC algunos consejos de cómo patinar sobre hielo.
La temporada para ella ya ha acabado y como premio por ser campeona de Estados Unidos su padre le ha regalado un viaje a Disneyworld junto a sus cuatro hermanos, su entrenadora Laura Lipetsky y algunas amigas. Nadie es capaz de predecir su evolución porque siendo aún una niña deberá enfrentarse a las expectativas, la presión y los cambios físicos naturales. Crecerá mientras el mundo la mira y espera que siga siendo igual de excepcional que el pasado 25 de enero, cuando dejó a todos boquiabiertos en Detroit convirtiéndose en la campeona estadounidense más joven de la historia arrebatándole el honor a Tara Lipinski, que en 1997 conquistó el título nacional con 14 años, y también la más precoz en conseguir tres triples axel, uno en el programa corto y dos en el libre. Una barbaridad. Alysa es tan menuda que sus compañeras tuvieron que ayudarla a subir al podio para recoger la medalla mientras ella se reía. Porque siempre se le escapa la risa.
Y de repente, la fama
Dos días después de ganar el título nacional Alysa Liu apareció en el programa nocturno de Jimmy Fallon, uno de los más vistos en el país, donde tampoco dejó de reírse y se comportó como lo que es, una niña. Reconoció que ve el programa por internet porque a las ocho y media de la tarde ya está en la cama y cuando el célebre presentador le preguntó cómo lograba mantenerse concentrada explicó con toda naturalidad: “Me digo a mí misma, ‘ok Alysa, ya has hecho el primer salto, ahora el siguiente… Y así”.
