Han pasado dos años y medio, pero por fin Alex Isak pisará el que pudo ser su estadio. El delantero se ha convertido en la nueva sensación del fútbol sueco, confirmando lo que apuntaba con 17 años. Ahora está derribando la puerta de la titularidad de la selección nórdica y lo está haciendo con buen juego y goles, como el que logró ante Malta el pasado viernes.
El punta sueco iba a firmar por el Real Madrid en el mes de enero de 2017. El acuerdo estaba cerrado. Incluso Isak tenía billete de avión y hotel reservado en la capital de España. En Madrid le esperaban para el pertinente reconocimiento médico, la vuelta por Valdebebas y por el Santiago Bernabéu. Todo estaba listo para la firma, pero antes de subirse al avión, cambió de parecer y se montó en otro avión, en este caso con destino Dortmund.
El sueco pensaba que en la ciudad alemana iba encontrar los minutos y la confianza que en el Real Madrid no le garantizaban. Aquí le esperaba el Castilla y en Alemania el primer equipo del Borussia Dortmund, circunstancia que terminó por inclinar la balanza del lado del conjunto germano.
Sin embargo, la historia no fue como la planteó Isak y su entono y la vida en Dortmund no fue nada sencilla, tanto que terminó jugando la Youth League en busca de esos minutos que el primer equipo le negaba.
Esta temporada fue cedido al Willem II holandés, logrando 19 goles y convirtiéndose en la revelación del campeonato ganado por el Ajax. Tanto es así, que equipos como el Barcelona se han planteado negociar con el Borussia Dortmund su posible fichaje. El club alemán confía en el sueco y no quiere desprenderse del jugador que fue madridista durante un fin de semana, justo el tiempo que tuvo el Borussia en convencerle de que el paraíso es alemán.
No parece claro que su decisión fuera la acertada, pero dos años después parece haber recobrado el pulso y el lunes tiene la ocasión de demostrarlo en la que pudo ser su casa.
