Santo Domingo. – Luis Mercedes recuerda muy bien la primera vez que David Ortiz llegó a su liga de béisbol infantil y juvenil a los 10 años para ocupar la primera base.
“Cuando comenzó a jugar era malo”, es el primer recuerdo del director de la Liga Deportiva Mercedes, una de las más antiguas en este país, al hablar del ahora miembro del Salón de la Fama de Béisbol.
“Jugó aquí hasta los 16 años. Y fue mejorando con el tiempo… fue un bateador fino y siempre fue un buen muchacho”, recuerda el veterano directivo de béisbol.
Los escuchas de la organizaciones evaluaban el talento en las ligas juveniles del país y los Mariners de Seattle se interesaron en los servicios del bateador zurdo y primera base. Según informes de prensa, Ortiz firmó por un bono de $7,500 en 1992 a sus 17 años.
De las cinco herramientas para medir las habilidades de un jugador, Mercedes dijo que Ortiz tenía solo dos de ellas.
“Tenía fuerza y en aquel momento era bueno en la defensa. Daba palos y fildeaba (en la primera)”, rememora Mercedes en entrevista con El Nuevo Día en la instalación de su liga aledaña al Estadio Quisqueya.
“Era muy diferente a lo que pasa hoy día donde hay que tener las cinco herramientas para ser pelotero”.
Mercedes nunca proyectó a Ortiz como una estrella de las Grandes Ligas. “Me equivoqué con él y también con Neifi Pérez”, dijo en referencia al excampocorto de las Mayores.
Mercedes no fue el único que se equivocó con Ortiz. Las organizaciones de Seattle y Minnesota también lo hicieron. Seattle lo canjeó en 1996 a los Twins por Dave Hollins, y luego los Twins lo dejaron en libertad en diciembre de 2002.
En enero de 2003 llegó a Boston y el resto es historia al convertirse en uno de los bateadores más productivos de su generación, al tiempo que ayudó a los Red Sox a conquistar tres títulos de Serie Mundial. También ganó siete Bates de Plata y fue electo a 10 Juegos de Estrellas. Superó la marca de los 500 jonrones con 541 en 20 temporadas.
Ortiz recibió el mayor galardón para cualquier jugador de las Mayores: ser exaltado al Salón de la Fama. Recibió el 77% de los votos en su primer año de elegibilidad. Es el cuarto quisqueyano en ser exaltado al Salón de la Fama, junto a Juan Marichal, Pedro Martínez y Vladimir Guerrero, hijo.
Y Mercedes estuvo a su lado en un hotel de la capital para celebrar su ingreso al Recinto de Inmortales en Cooperstown.
“Fue un honor compartir con él ese momento. Me siento muy orgulloso. El triunfo de David, es el triunfo de Mercedes”, concluyó Mercedes, quien también vio a desarrollarse en su programa a otros exgrandesligas como José Rijos, D’Angelo Jiménez, Erick Aybar, Gerónimo Berroa y Hanley Ramírez, entre otros.