De Puello a Devers, las diferentes rutas para llegar a la MLB y lograr establecerse

SANTO DOMINGO. Finalmente César Puello aterrizó el miércoles en las Grandes Ligas, una década después de haber sido fichado (2007) por los Mets por un bono de US$400 mil cuando tenía 16.
Al jardinero romanense de los Toros, que en 2010 era el prospecto 77 para Baseball America, le tomó 743 partidos de ligas menores, pasar por tres organizaciones y superar una suspensión de 50 juegos por dopaje (caso Biogenesis en 2013) antes de que apareciera el espacio, con los Angelinos, a los 26 años.
Ya el mes pasado el derecho Edward Paredes encontró su oportunidad con los Dodgers 17 años después de haber sido firmado (2005) por los Marineros, jugar nueve campañas en el laboratorio, salir del béisbol organizado entre 2014 y 2015 con paso por ligas independientes, antes de regresar doble A con 29 años (2016).
Una camino mucho más pedregoso que el recorrido por Rafael Devers, firmado en 2013 con 16 años y que debutó a los 20, y Amed Rosario, que fichó en 2012 también con 16 y se estrenó a los 21. El dúo llegó con etiqueta de no poder fallar y sortearon todas las minas como estaba previsto.
El cuarteto mencionado antes es parte de los 23 criollos que se ha uniformado de bigleaguer por primera vez este año y que infla la cifra de quisqueyanos con visa a la Gran Carpa, que ya topa los 711 desde Osvaldo Virgil en 1956.
Pero una cosas es subir a la Major League Baseball (lo que garantiza una pensión y seguro médico) y otra muy distinta es alcanzar al mínimo el promedio de cinco años que juegan los peloteros en el principal circo del planeta.
Devers, que pactó por US$1,5 millones, es un prospecto cotizado por el que Boston se lo piensa al menos 50 veces antes de negociarlo y es visto como el dueño de la antesala en Femway Park. Rosario, por el que los Mets dieron US$1,7 millones, ya se ajusta a un campo corto del Citi Field destinado para él desde hace un lustro.
A Paredes los Dodgers lo llamaron el 24 de julio desde Oklahoma City donde lanzaba en la Liga de la Costa del Pacífico, vio acción en dos juegos como relevista en los que hizo 25 pitcheos en 2,1 entradas perfectas y fue bajado el primero de agosto a AAA. Fue una estadía de una semana, ya con 30 años.
Y es que tienen que darse tantas coyunturas para que un jugador se establezca que no necesariamente depende del talento y el desempeño.
Subir y quedarse
Entre los años 2010 y 2016 debutaron 177 jugadores dominicanos en las Grandes Ligas, incluyendo los nacidos en el exterior como Manny Machado, Dellin Betances y Cole Figueroa.
De ese grupo, solo 86 (el 48%) ha jugado en la actual temporada, una en la que ya son 135 los duartianos que han ingresado al menos una vez en los diamantes, entre veteranos y bisoños.
Adalberto Méndez, entonces con 28 años, debutó ese 2010, trabajó 24,2 entradas en cinco partidos para los Marlins y en lo adelante nunca más tuvo otra oportunidad. Desde 2014 no se registra actividad suya.
Pedro Álvarez también fue parte de esa cosecha de 22 debutantes. Jugó regular hasta 2016 donde pegó 153 jonrones, entre ellos 36 que lo hicieron líder de la Liga Nacional en 2013, pero su subida de peso (topó las 250 libras en 2016) y su incapacidad para jugar defensa en las esquinas les han impedido regresar este año a pesar del poder mostrado en la Liga Internacional (AAA) con 25 vuelacercas y 80 empujadas. Sus vicios ofensivos (batea .243 con 117 ponches en 461 turnos) y defensivos siguen ahí.
Solo ocho de esos 22 que se estrenaron hace siete años siguen arriba en 2017. En 2011 subieron 26, pero de ese total solo nueve han jugado este curso.
Son muestras de las exigencias del espectáculo, uno que recluta cada año poco más de 2,000 jugadores aficionados en todo el planeta para unirse a un sistema de ligas menores que tiene otros 3,400, todos compitiendo por una de las 750 plazas fijas que tiene la MLB.
Sobrevivientes de una década
Bartolo Colón, con 44 años, y Adrian Beltré, con 38, son los únicos criollos que quedan activos de los que debutaron en la década de 1990, una en la que arribaron 161. De los que llegaron en 2001 solo siguen activos Albert Pujols y Joaquín Benoit, de 2002 Fernando Rodney, de 2003 José Reyes y de 2004 José Bautista y Santiago Casilla. Solo 22 de los criollos que debutaron en la década pasada (2000) figuran en las plantillas de 25 hombres. En 2006 se estableció el récord de estrenos con 30, pero de esa promoción solo Erick Aybar y Ubaldo Jiménez siguen activos. Del grupo hubo siete que apenas jugaron ese año, cinco estuvieron por dos campañas y apenas cuatro superaron la década, que es el requisito para cobrar el máximo de las pensiones.

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