EL DESAFÍO DE LA EDUCACIÓN FÍSICA EN TIEMPO DE PANDEMIA

Hace algunos años, cuando el gobierno de turno tuvo la iniciativa de regalar computadoras portátiles a los estudiantes, muchos se preguntaron cuál realmente sería su utilidad.

Otros consideraron que sería una pérdida de dinero y de esfuerzo, porque los docentes no sabrían cómo impartir sus clases a través de ellas, y los estudiantes solo la utilizarían para sus ratos de ocio.

La verdad es que nosotros fuimos del primer grupo y por ello nos acercamos a varios docentes, para conocer cómo utilizarían esta valiosa herramienta en sus clases.

Uno de ellos, profesor de música, nos habló sobre su proyecto de enseñar a leer y a componer música a través de tutoriales en la internet, y créanme que lo logró, pero todo se dio por su compromiso y la entrega de sus discípulos. Allí estuvo la clave, diría yo. ¡Allí, el toque!, respondería Sancho Panza.

Esta introducción la hago hoy, cuando en Panamá se inician oficialmente las clases de manera virtual, donde los docentes tendrán un gran reto que afrontar, y una nueva experiencia a la que harán frente con más interrogantes que respuestas.

Entre estos están los educadores físicos, utilizados como herramientas de soporte (como dirían los tecnólogos) en algunos casos, pero con un papel preponderante e interesante que asumir.

Retos y aventuras

Realmente será un reto para todos. Para los docentes, acostumbrados a impartir clases presenciales, y para los estudiantes, que tradicionalmente reciben las instrucciones o directrices, cara a cara.

No obstante, también será una aventura. Demostrar hasta dónde llegará la capacidad creativa de los educadores o la inventiva y perspicacia de los alumnos para salvar los obstáculos y vericuetos que se presentarán, quizás sea digno de Ripley.

Ahora, también será duro. El aspecto económico y la capacidad tecnológica de cada familia será primordial, así como el óptimo servicio de las redes de internet e indudablemente el factor humano.

Pero, ¿para los educadores físicos también será una aventura?

El profesor colombiano Pedro Nel Quintero, de la Universidad de Cundinamarca, afirmó que a la educación física hay que empezar a verla “como un área pedagógica, (que) debe buscar el desarrollo humano a través de la potenciación de sus diferentes dimensiones (cognitiva, afectiva, social, física, motriz y espiritual)”.

Por su parte, el profesor chileno Alixon David Reyes dijo que: “La educación física, en un contexto como el que nos acontece, amerita ser redimensionada. En ese sentido, es mucho lo que como campo de acción puede hacer en favor de las personas, en particular de niños y niñas en edad escolar”.

Según estos catedráticos, además de oportunos retos que dará esta infortunada situación, puede aprovecharse para colocar a la educación física en su justa dimensión.

Es decir, no como una herramienta alterna, sino como fundamental y vital en este proceso de enseñanza-aprendizaje.

Adecuarse a la situación

Es importante destacar que la forma y el cómo estructurarán sus clases los profesores de educación física, dependerá de en qué instancia se encuentren –primaria o secundaria– y quizás a la experticia que tenga cada uno.

He conversado con varios educadores y siento que muchos de ellos se irán con la ola, jugarán el papel que se les indique; mientras que otros serán mucho más proactivos y, si bien, aún desconocen cómo sortearán algunos impases, improvisarán si toca hacerlo.

“Preparé un video de varios minutos sobre el lanzamiento de la pelota de voleibol, pero resultó muy pesado para enviar y después de hacerle varias ediciones, logré adecuarlo en solo segundos”, apuntó el profesor colonense Mariano Cerezo.

“Es posible que esta no sea la primera clase práctica que imparta, pero ya tengo una idea más clara de cómo presentaré mis clases virtuales”, destacó.

Abundó en que la pelota de voleibol será sustituida por una de plástico (cuidando la economía del estudiante), porque lo importante es que el alumno haga la mecánica correcta.

Entre tanto, el educador colonense Rolando Duncan señaló que, tras cumplir con la parte diagnóstica, hará la evaluativa a través de la aplicación de mensajería Whatsapp, porque es mucho más factible que un estudiante cuente con un celular que con una computadora.

“Voy a grabar un video con una soga y haré varias ejecutorias para que ellos lo repitan en cuestión de segundos, para después evaluarlos”, dijo Duncan.

Sin embargo, aún queda por resolver un asunto. El profesor prevé que podría llenarse la memoria de su celular, pero buscará una fórmula para resolverlo.

Por otro lado, el educador capitalino Ernesto Ruiloba comentó que su sistema de trabajo, tanto en la parte teórica como práctica, se sostendrá por videos que presentará a los estudiantes.

“Es una buena herramienta porque será la evidencia real de que el alumno está haciendo el trabajo que se le pidió. No es que los padres no lo puedan ayudar, pero el esfuerzo debe venir de ellos”, apuntó.

“Si es teórico, trabajaremos con charlas, donde el estudiante va a explicar un tema asignado; y si es práctico, me grabaré en una secuencia de ejercicios para que ellos lo hagan, dándoles un tiempo para que lo practiquen antes de presentarlo”, acotó.

“Sobre la marcha se podrán mejorar o modificar los sistemas de trabajo, buscando siempre el bienestar del estudiante”, agregó.

Finalmente, la educadora capitalina Itza Sánchez dijo que: “Todo este tiempo he estado practicando con mi celular sobre cómo daré una clase, por ejemplo, de ejercicio de orden (columnas, filas, formación, etc.), para que los niños hagan algo similar y lo expliquen, para saber si comprendieron”, señaló.

Indudablemente será una nueva experiencia para todos. Y pensar que algunos osaron tildar de locos, a quienes hace ocho años pensaron en la necesidad de inculcar la educación virtual en nuestras escuelas, a través de computadoras portátiles.

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