DIEGO ARMANDO MARADONA DEMOSTRÓ SU ESTELARIDAD DESDE MUY PEQUEÑO

Diego Armando Maradona demostró que iba ser un crack desde niño en el mundo del fútbol pese a venir una familia de pocos recursos.

El «Pelusa» nació el 30 de octubre de 1960 circunstancialmente en el Policlínico Evita, de Lanús, Buenos Aires.

Dieguito fue el quinto de ocho hijos, y primer varón, del matrimonio entre Diego Maradona (1927-2015) y Dalma Salvadora «Tota» Franco (1930-2011).

«Estaba con la panza muy dura por las contracciones y mi marido y mi cuñada, Ana María, me dijeron que teníamos que irnos rápido para el hospital. Caminamos tres cuadras hasta la estación Fiorito y ahí nos tomamos el tranvía hasta Lanús. Nos bajamos a una cuadra y media del hospital Evita, y a mi me costaba estar parada porque los dolores eran muy fuertes. Ya estaba llegando a la puerta cuando vi, contra el cordón de la vereda, algo que brillaba con forma de estrella. Me agaché a agarrarlo…», dijo su madre sobre su nacimiento.

Sus hermanos Raúl y Hugo también fueron futbolistas, aunque no tuvieron el éxito de Diego, quien se volvió en uno de los mejores del mundo.

La familia Maradona vivía en una casita humilde en Villa Fiorito, un barrio muy pobre de la periferia de la capital argentina.

Don Diego trabaja de albañil y en una empresa, para mantener sus cinco niñas y tres varones, como a sus esposa.

El mejor regalo que recibió Diego Armando Maradona cuando niño

Diego Armando Maradona tuvo su primer balón de fútbol a sus tres años tras recibirlo de su primo Beto Zarate. 

El niño durmió con la pelota dentro de su casa durante seis meses para evitar que se lo robarán. Su madre quería quitarle el balón en ocasiones, para que se concentrarse en los estudios.

«La primera imagen de la infancia que me viene a la cabeza es cuando mi mamá me iba a buscar para ir a la escuela y yo me escondía entre el maíz. Y después jugando a la pelota en una calle de tierra, con mucha tierra», me confesó Diego Maradona sobre sus primeros años de vida.

Diego desarrolló su fútbol en un potrero de Fiorito denominado «Las Siete Canchitas», donde el niño demostraba su excelente dribleo y su gran zurda para eludir con facilidad a niños más grandes.

«Una vez corrí detrás de una pelota, tendría menos de 10 años, y por buscarlame caí en un pozo ciego. Quedé hundido hasta el cuello en la mierda, pero no intenté salir: seguía buscando la pelota y me hundía cada vez más… Mi tío me salvó metiendo la mitad de su cuerpo en el pozo, casi colgado de cabeza, y estirando su mano para tomar la mía. Si él no lo hubiera hecho, habría muerto en ese pozo… corriendo detrás de una pelota».

En 1969 se sumó a «Los Cebollitas», un equipo juvenil de Argentinos Juniors, que arrasó a casi todos los rivales con los que se enfrentó.

«Yo empecé a soñar el día que fui a entrenar a Argentinos Juniors. Sabía que el fútbol me iba a dar una vida mejor, porque yo veía que podía comerme crudo a los mejores chicos que ya estaban jugando. Y no era de agrandado: lo sabía íntimamente porque mi viejo me lustraba los botines antes de cada partido. Los cuidaba, les ponía betún, los lavaba. Yo salía siempre con los botines relucientes. Y los demas tenian los botines en un estado lamentable, sucios, embarrados… Mi viejo me ayudó a brillar».

Diego Armando Maradona destacó tanto de niño que le hicieron un artículo en un medio argentino, donde se equivocaron en su apellido al colocar «Caradona».

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