El hijo de Michael Schumacher, pese a tener sólo 20 años, es uno de los nombres que más suena dentro de la máxima categoría para las próximas temporadas. El alemán porta el mítico apellido del heptacampeón del mundo de Fórmula 1 y parece que cada día esto llega a ponerle más presión.
El joven piloto alemán ya experimentó un par de veces las sensaciones de lo que es estar a bordo de un monoplaza de Fórmula 1, a principios de la temporada 2019, cuando pilotó para Ferrari y Alfa Romeo en los test post-carrera que se celebraron en Bahréin.
Campeón de la Fórmula 3 europea, actualmente compite en la Fórmula 2, y logró su primera victoria en la categoría en el pasado Gran Premio de Hungría. Sin embargo, en todo momento se le ha visto muy tranquilo y con los pies en la tierra, disfrutando de su proceso de madurez como piloto, trabajando en su objetivo principal: llegar a ser piloto de Fórmula 1.
“Eso es lo que quiero hacer, buscar el momento correcto para llegar a la Fórmula 1”, expresa el Mick Schumacher.
El piloto de PREMA Racing reconoce que su padre es inspiración pura para él, ya que eso le hace mejorar cada día más. Además, admite que en ocasiones ve los vídeos de su padre y admira su capacidad y tenacidad que tenía cuando estaba a bordo de los monoplazas. Aunque, también es consiente que llevar el apellido de su padre en ocasiones no puede ser tan bueno, debido a las comparaciones. No obstante, Mick, cree que de ahora en adelante él ya ha comenzado a forjar su propio camino en el automovilismo internacional.
“Sí, miro sus carreras, hay muchas razones por las que digo ‘wow, así es como lo hizo. Admiro su participación plena en el deporte, creo que esa es la forma en que trabaja nuestra familia, no importa lo que hagamos, lo hacemos bien. Hay ventajas y algunas desventajas en portar este apellido, para ser honesto yo estoy haciendo mi propia carrera, me impulsa y me da fuerza ver ese apellido en el monoplaza. Después de todo también es mi apellido” finalizó.
