LA MITAD DE LOS 16 CRIOLLOS EN EL TOP 100 RECIBIERON BONOS MILLONARIOS

El talento de los niños latinoamericanos que proyectan aterrizar en el Big Show es cada vez identificable a más temprana edad, de ahí la batalla perdida en la última década por la liga en frenar a los equipos de establecer preacuerdos hasta con cuatro años de anticipación a su fecha de elegibilidad.

La efectividad de esos microscopios y el ojo de águila quedan comprobados con el alto porcentaje de jóvenes receptores de bonos de seis y siete dígitos que alcanzan las Grandes Ligas.

Una muestra de ello lo revela el más reciente ranking que publica la propia MLB en su portal de los mejores 100 prospectos, llamados a tocar el Gran Circo entre este 2020 y el año 2023.

Hay 16 dominicanos en la lista, por mucho la mayor representación extranjera (Venezuela le sigue con cuatro, Colombia tiene dos, Canadá, Puerto Rico, Cuba, Panamá y Bahamas, uno), con el banilejo Wander Franco como el número uno entre todos los futuros bigleaguers.


De esos criollos solo tres a la hora de firmar recibieron menos de US$100,000. Se trata de Sixto Sánchez, ranqueado número 22, a quien los Filis dieron US$35,000 en 2015 y luego cambiaron a los Marlins; Vidal Bruján (45) al que los Rays otorgaron US$15,000 en 2014; y Geraldo Perdomo (82), que recibió US$70,000 de los Diamondbacks en 2016.

Sánchez es un lanzador derecho de 21 años nacido en San Cristóbal a quien los Filis identificaron por accidente en un try out en 2015 donde fueron a evaluar a un cotizado receptor cubano. Bruján vio cómo Tampa Bay se quedó sin presupuesto en 2014 al darle US$2.9 millones a su compueblano también torpedero Adrian Rondón (quien tras cinco años no supera Clase A y fue cambiado por nada a Anaheim). Perdomo, campocorto, va tan rápido que en solo dos años ya es considerado el mejor jugador defensivo de Arizona.

Son errores estadísticos, de esas historias que rompen los patrones, sobre todo en una industria donde los escuchas se pasan años evaluando con las últimas tecnologías y enviando reportes sobre la evolución del talento.

Del resto, siete capturaron millones cuando hubo que sellar contratos.

Los millonarios sin tirar una 

Franco es un fenómeno que no proyecta pasar de este 2020 si finalmente se juega en las ligas menores para llegar a ocupar la posición seis en el Tropicana Field, una que hoy tiene como dueño al santiaguero Willy Adames. Los Rays dieron US$3,825,000 por él en 2017. El siguiente en el ranking es el jardinero Cristian Paché (13), por quien los Bravos pagaron US$1,400,000 en 2015.

Luego llega Julio Rodríguez (18), también guardabosque, pieza clave en el futuro de la reconstrucción de los Marineros, que depositaron por él US$1,700,000 en 2017 y se proyecta adelante su llegada a la Gran Carpa antes de 2022 como se vislumbra.

Marco Luciano (35) es colocado en el lugar 22. Los Gigantes comprometieron US$2,600,000 por este shortstop en 2018 y en su primera experiencia causó enorme impresión.

Luis Campusano (50) es un receptor nacido en la cuna del golf estadounidense, Augusta, Georgia, sobrino del ex jardinero liceísta Silvestre Campusano. Los Padres lo tomaron en la primera ronda del sorteo de 2017 y pagaron US$1,300,000.

Jasson Domínguez todavía no juega su primer partido oficial y ya MLB Pipeline lo coloca en el escalón 54. Los Yankees pagaron US$5,000,000 más otros US$200,000 para fines escolares en julio pasado.

Ronny Mauricio, torpedero tomado por el Licey en el pasado sorteo, es ubicado en el puesto 62. Los Mets dieron por él US$2,100,000 en 2017.

El otro millonario del grupo es Luis García (97), hijo de un ex Grandes Ligas criollo del mismo nombre, por quien los Nacionales pagaron US$1,300,000 en 2016.

La “clase media” 

Oneil Cruz (64) proyectaba ser el primer torpedero en la MLB de 6’7 pies, pero los Piratas lo han movido a la antesala. Pittsburg lo firmó en 2015 por US$950,000.

Por el zurdo Brailyn Márquez a los Cubs no les tembló el pulso y autorizaron US$600,000 en 2015 y proyecta llegar a la rotación en el Wrigley Field en 2021.

Jesús Sánchez (80), recordado como el prospecto que Stanley Javier tomó para los Toros delante de Vladimir Guerrero Jr., en el draft de 2017, es un jardinero de La Altagracia por el que los Marlins dieron US$400,000 en 2014 y sigue con los bonos altos.

La lista la completan los lanzadores Edward Cabrera (85) con US$100,000 por los Marlins en 2015 y Deivi García (92) por quien los Yanquis pagaron US$200,000 el mismo año.

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