LA JOVEN DEL CAMPO CRECE Y SUEÑA CON BRILLAR EN EL MUNDIAL

Por lo general, marcar el primer gol con tu selección es un momento inolvidable, algo que disfrutar y valorar el resto de tu vida. No obstante, las sensaciones de la joven artillera filipina Alisha del Campo poco antes de saltar al césped y estrenar su casillero en el fútbol internacional eran distintas.

Ocurrió en los clasificatorios para la Copa Asiática Femenina de la AFC 2018, en el choque que enfrentó a las Malditas con Jordania —las dos primeras clasificadas del grupo— en abril de 2017.

Con el billete para la cita continental ya en el bolsillo, ambas selecciones aprovecharon la ocasión para probar nuevas jugadoras. Poco antes de entrar en el tiempo de descuento, el combinado jordano ganaba 5-0. En ese momento, Del Campo, que había debutado en un triunfo por 4-0 sobre Emiratos Árabes Unidos en un partido anterior del grupo de clasificación, entró en la cancha.

«Estaba nerviosa y asustada», recuerda la delantera de 20 años del DLSU Lady Booters en su entrevista con FIFA.com. «En lo único que pensaba en aquel momento era en darlo todo, a pesar de los pocos minutos que tenía».

«Al ingresar en el terreno de juego, mis compañeras y el cuerpo técnico me gritaron desde el banquillo: ‘¡Mete un gol!’. Y, unos segundos después, por increíble que parezca, marqué. La adrenalina se me disparó. Nunca me había sentido tan viva».

Así fue como Del Campo, que por entonces tenía 17 años, anotó el primer gol con su selección. Si bien su diana no tuvo ninguna trascendencia en el resultado final, sí le sirvió de trampolín a la joven futbolista.

Desde ese día, Del Campo ha marcado diez goles más con Filipinas, entre los que destaca su tripleta en la victoria por 4-0 sobre Singapur en el Campeonato Femenino de la AFF, en el que su selección alcanzó por primera vez las semifinales del torneo regional.

«Es, sin duda, algo de lo que sentirse orgullosa», afirma. «Anotar mi primera tripleta en un partido internacional aumentó mi confianza. Me hizo ser consciente de que siempre puedo mejorar. Lógicamente, los goles fueron fruto del esfuerzo colectivo. Hicimos un buen trabajo en equipo y llegamos por primera vez a las semifinales».

Eclosión en el fútbol doméstico

Nacida en López, en la provincia de Quezón (Filipinas), Del Campo empezó a jugar al fútbol a los once años. Al principio, lo hizo en el equipo de su hermano y por pura «diversión», pero no tardó en obsesionarse con el fútbol. Del Campo siguió entrenando y jugando incluso después de que su hermano lo dejara.

Progresó rápidamente y jugó en varios clubes locales. El punto de inflexión en su carrera llegó en 2017, cuando recibió la llamada de la selección.

Del Campo siguió esforzándose al máximo, hasta ser indiscutible tanto en su club como en el combinado nacional. Después de estar varios años puliendo su talento y adquiriendo experiencia, su carrera había despegado.

Anotó diez goles con el equipo universitario DLSU Lady Booters, al que ayudó a conquistar su undécimo título —todo un récord— en el Campeonato de Fútbol de la UAAP, mientras que con la selección consiguió otras diez dianas en un solo año.

«Para mí, el 2019 fue un año en el que, literalmente, no hacía otra cosa que comer, dormir, entrenar y jugar», asegura. «También fue mi primer año como estudiante y deportista de la Universidad de La Salle, y jugaba al mismo tiempo con el equipo de la universidad y con la selección. Tenía muchísimo trabajo».

La recompensa a su magnífico rendimiento se materializó con el premio Pinay Futbolera del año, el galardón de fútbol femenino más importante de Filipinas. Pese a su juventud, Del Campo está considerada una estrella emergente capaz de asumir la responsabilidad goleadora de su selección en los próximos años.

La esperanza de jugar su primer Mundial

Filipinas formó parte en el pasado de la élite del fútbol femenino en Asia. No en vano, participó en la Copa Asiática Femenina de 1981 y se colgó el bronce en los Juegos del Sudeste Asiático en 1985. Sin embargo, todavía no ha logrado dar el gran golpe de clasificarse para una Copa Mundial Femenina de la FIFA™.

En cualquier caso, ahora que la prueba reina va a ampliar a 32 el número de selecciones participantes en la edición de Australia/Nueva Zelanda 2023, Del Campo cree que Filipinas puede dar el salto definitivo.

«Mi objetivo es ayudar a que Filipinas juegue un Mundial», señala. «Siempre ha sido mi sueño medirme a las mejores futbolistas del planeta. Si nos preparamos bien y trabajamos bajo la dirección adecuada, no es imposible que nos clasifiquemos para nuestra primera Copa Mundial Femenina en Australia y Nueva Zelanda».

«Clasificarnos sería muy importante para nosotras. Si lo logramos, captaremos más la atención de nuestra gente y animaremos a más niñas a jugar al fútbol. En líneas generales, podemos cambiar la imagen del fútbol femenino en Filipinas».

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